Bienvenid@s

El Movimiento Nacional y Popular se amalgamó con el peronismo: hombres, mujeres, clase obrera organizada, juventud (cuatro ramas).
Los compañeros me mostraron una forma de comunicarse por fuera de los aparatos, fortaleciendo el pensamiento con una militancia desconocida en otros tiempos: la 5@ Rama.
El movimiento bloguero que sale y dice, propone, discute, da la pelea cultural en ambientes restringidos, artesanalmente, casa por casa, contra los arsenales mediáticos.
Pasen y vean
Raúl Guevara

viernes, 7 de noviembre de 2014

¿Para qué Enseñar? 

Para mostrar, mostrase, mirar, mirarse.  Porque eso es enseñar. Es el vínculo que establece el gesto, la mirada, la palabra.  Enseñar es decir lo mío mientras escucho las voces y los silencios que interpelan. 
Sólo es posible enseñar a quien quiere aprender.  El aprender es tan voluntario como el enseñar.  Por eso querer enseñar entraña la inquietante intención de vincularme.  
Sólo puedo enseñar si nuestros corazones palpitan al mismo ritmo acompasado o galopan desbocados en la certeza de que algo bueno está llegando, que he podido mostrarte algún camino directo o un sendero sinuoso que va en sentido contrario a la terca voluntad de seguir ignorándonos sin razón.
Enseñar es hacerte mover las cejas hacia adentro, frunciendo el ceño, porque ahí tengo certeza de que te has conectado aunque no estés de acuerdo con lo que ves, porque te acorrala y te moviliza la intención de buscar salidas.  Enseñar es hacerte mover las cejas hacia arriba, y eso sí es gratificante, porque me hacés saber que pude sorprenderte.

¿Qué sucede cuando un concepto rueda las calles?

    La respuesta es simple.  Ese concepto se ha convertido en Sentido Común.  Ya no necesita explicarse.  Es así, porque así debe ser.
    Eso lo saben muy bien los poderosos. Por tal motivo, el principal propósito de toda su pedagogía es instalar conceptos interesados como verdades absolutas.
    El gran dilema de la contrahegemonía es comprender cuanto de dominación ocultan esos conceptos. Cuanto de discriminación enmascaran con pretenciosa "objetividad".  
    Allí estamos, en la escala más baja de los intelectuales, los reproductores, seamos docentes o comunicadores.  Los que "compramos de buena mano" con nuestra conciencia alienada para derramar de modo acrítico, hasta con generosidad y amorosamente, lo que es garantía de nuestra sumisión si perdemos de vista de qué lado estamos objetivamente y a quien servimos cuando sostenemos aquellas "verdades".
    Los conceptos son inversiones de largo plazo, como la fertilización de un desierto. Quienes los instalan esperan ver sus frutos, sin apuros.  
    Por eso hay que estar atentos sobre la forma en que queremos nuestro terruño desertizado por los depredadores de nuestra conciencia.  
    Podemos hacerlo fértil con "agrotóxicos", con los insumos que ponen a la mano, gratuitamente, los que dominan. O podemos fertilizar con materia orgánica, con la paciencia del "estar nomás" de nuestro pueblo. 
    Con los ojos abiertos, la conciencia despierta, y el corazón palpitante.